Un puente entre oriente y occidente
Nos gusta imaginar a los dos hombres en una celda oscura, sórdida, húmeda. Parecen espectros; la barba crecida, la palidez, la ropa raída. Marco habla, apela a su memoria, tal vez altera ligeramente los hechos para quedar bien. Rustichello escucha, elige las palabras, ordena el caos, escribe. Ellos no lo saben, claro, pero el resultado del trabajo que están haciendo los sobrevivirá largamente y convertirá a Marco en una suerte de emblema mundial de los viajeros. La escena es vibrante e inspiradora pero tal vez no sea del todo verdadera. Los hechos (me dicen) pudieron haber sido distintos. Pero antes de seguir con esto, creo necesario aclarar por qué Marco Polo y Rustichello estaban presos en el mismo lugar, en la misma época.
Por entonces Marco Polo tenía cuarenta y cuatro años y había pasado más de la mitad, veinticinco, de viaje por Oriente. Había regresado a Venecia en 1295. Tres años después, más precisamente el 7 de septiembre de 1298 participa, en calidad de Sopracomito, en la batalla de Curzola. Allí, la flota genovesa vence a los venecianos y Marco Polo junto a siete mil compatriotas son tomados prisioneros y conducidos a Génova. Poco menos de diez meses durará en total el cautiverio de Marco: el 25 de mayo de 1299 las dos ciudades firman la paz y en agosto los prisioneros fueron liberados. El palacio de San Giorgio, en pleno centro genovés, habría sido el lugar de cautiverio de Marco. Aun hoy hay allí una placa que recuerda su estadía. Algunos investigadores, sin embargo, suponen que por su condición de noble, y quizás por la fama que lo precedía, su prisión no habría sido tan rigurosa. El profesor Jacques Heers imagina que Marco padeció otra forma de cautiverio, más leve: “Los prisioneros de cierta categoría, y Marco indudablemente la tenía, eran confiados a ciertas familias que se responsabilizaban de ellos, a los cuales alojaban en sus casas”. Esta modalidad de cautiverio no era inusual en la época y favoreció el encuentro de Marco con otro prisionero, en este caso, con un pisano, Rustichello.
Rustichello llevaba catorce años preso en Génova, casi seguramente en las mismas condiciones que Marco, en un régimen, digamos, de libertad vigilada. Había sido tomado cautivo en la batalla de Meloria, en 1284, donde las flotas de Génova y Pisa se enfrentaron. Era un escritor, compilador y traductor de cierto renombre.
Cómo se encontraron y cómo se organizó la colaboración, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el cautiverio edificó las condiciones ideales: el aventurero, el escritor y tiempo necesario para abocarse a la tarea. Henry Yule cree que fue posible que Marco haya mandado a pedir sus apuntes de viaje a Venecia para ayudar a su memoria. ¿Cuánto duró el trabajo? Como máximo diez meses que fue lo que duró el cautiverio de Marco en Génova. El libro de las maravillas del mundo, pudo haber sido el título original. Il Milione, lo llaman en Italia. Gian Batista Ramusio, el primer biógrafo de Marco, lo nombra como L´historia delle cose de Tartari, descritta da M.Marco Polo gentilhuomo venetiano; M.S. Puathier, Le livre de Marco Polo, citoyen de Venise. Según la mayoría de los investigadores actuales el libro fue escrito originalmente en francés, de manera que a Rustichello le corresponde al menos el rol de traductor. Sabemos que años después Marco corrigió y agregó notas al original que había dictado a Rustichello. Cuando murió, en 1324, el libro ya había sido traducido al latín, al italiano y al veneciano.